martes, 20 de diciembre de 2011

Una paloma.

Lo raro es que esta paloma me trajo reflexiones y preguntas con hilos de imágenes proyectadas en mi cabeza.
¿Es tan solo una paloma?¿Paloma o palomo?
Es tan solo un palomo gris que no vuela porque esta dibujado en un papel.
Me gustaría ayudarlo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

lunes, 5 de diciembre de 2011

Explicame


No estoy conforme.
¿Es menester?
Si pudiera comprender este dibujo.
¿Es menester?
Si pudiera hablar sin metáfora.
¿Es menester?
Fantasías.
¿Es menester?
Hacer y ser real.
¿Es menester?
Solo eso.

Explicate,
explicame.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Visita inesperada.



Era un día soleado, estaba sentado casi llegando al fondo del colectivo en uno de esos asientos que estan solos y siempre estan en el lado izquierdo.
En esas ocasiones en que el coche se frena para que suban pasajeros viejos, nuevos y jovenes sube una mujer, mejor dicho, una chica. La conocía. Ella se fue acercando y cuando volteó la mirada hacia mi se sorprendió, cambio el gesto de su cara aburrida y gris, a un gesto de alegría, me saludo. Ambos nos saludamos y empezó a hablar.
- ¡¿Cómo andás?! ¡Tanto que no nos vemos! Estas más lindo -
Con dudas le respondí - Mno, no sé si estoy más lindo -
Frunció el ceño, sus ojos se abrieron más y sus pupilas se dilataron, su boca cayó, se alarmó.- ¿Cómo que no? ¡¿Por qué?! -
- Lo que pasa es que si pienso que soy lindo voy a intentar de besar a gente que no busca el amor mío-
- Pero ¿Cuándo te vas a dar cuenta que alguien busca el amor tuyo? - El clima se puso denso.
- Si lo tuviera claro te lo diría - Me retracte de la conversación desubicada y no pude hacer otra cosa más que volver a responder de buena manera - Vos también estas más linda -
Volvió a sonreír - ¡Gracias! -
Otra parada. El colectivo se frena.
- Bueno me tengo que ir - Me saluda y se baja.
No sabía en dónde se bajaba, no sabía a dónde iba, solo sabía que mirando por la ventana veía un día gris.

viernes, 13 de mayo de 2011

El cinturón de Dios


Un sutil sueño en donde no sabía por qué estaba ahí. Solo sabía que me hallaba en el último piso de un edificio muy alto, el cual se ubicaba al lado de otro, tan al lado que con solo un salto cruzabas hacia ese otro edificio. Los dos edificios eran idénticos. Las paredes eran de color gris clarito. Ambos tenían dos ascensores, sus puertas eran de color negro rodeado por un marco dorado y con indicadores de llegada de color verde. Miré hacia arriba, el cielo era de un tinte rojizo, estaba oscuro y nublado. Lo más llamativo era esa extraña cosa negra que flotaba entre medio de los dos edificios. Parecía un vagón que seguía el largo sus pasillos hasta terminar. Acompañando el largo del vagón por partes, como estatuas decorativas, unas calaveras de un solo tipo de animal que no alcanzaba a imaginarme cual.
El hecho de estar allí me daba atracción a descubrir qué se econtraba dentro. Quería entrar, pero, ¿por dónde? Gracias a las aberturas que tenía la pared del vagón pude ver que del otro lado no había pared alguna. Sin embargo, cruzar al otro edificio no podía porque el vagón obstruía el paso; cruzar volando, siendo un ser humano y con el hecho de tener consciencia que existe la gravedad, no me lo permitía ; bajar por el ascensor, cruzar y subir por el otro lado me llevaría más tiempo, un problema lógico que sabía por el cual iba a acudir alguien, sacarme del edificio y al final despertarme. De repente, de la nada, una de las partes del vagón se eleva, abriendo y permitiendome el paso. Entrando ví que había un asiento recorriendo el largo del vagón, era acolchonado y estaba tapizado con una cuerina de color rojo. En ese vagón podía caber solo una persona a lo ancho.
Corrí hacia el extremo donde había una maquinaria rara. No parecía algo que funcionara para el arranque del vagón, sino para responder preguntas que se te ocurriesen. Cuando iba a probar ese raro artefacto oigo un grito - ¡¿Qué estas haciendo acá?! - Me dí vuelta y ví a un ser con ojos luminosos de color cambiante, vestido con una túnica negra de bordados blancos y encapuchado, ocultando su aspecto facial. Este ser al oír su voz me dió indicios de que era una mujer, pero lo dejo en duda. Sin preguntarle por qué todavía no podía estar ahí y preguntar esas inquietudes para que me respondan con verdad, me respondió con un - Todavía tienes Padre y Madre -. Me agarró del brazo y fue bajando por las escaleras muy apresuradamente, casi arrastrandome diría. Llegando al hall de entrada de uno de los edificios, me acorde de hacerle una pregunte antes de que me hechase a la calle - Espere, espere ¿Tengo que confiar en ella? -, respondiome con una pregunta retórica - ¡¿Por qué va a querer traicionarnos?! Confiá en ella-. Abrió la puerta de grandes ventanales y me tiró. A todo esto en el sueño nunca tuve la oportunidad de mirar hacia atrás.

jueves, 3 de febrero de 2011

Una pequeña parte

Un día fui con mi vieja a visitar a mi abuelo. En ese entonces yo tendría ocho años. Mi abuelo vivía solo en una casa casi sin terminar. Él la diseño con sus propias manos, y cuando murió mi abuela, por no poder con la melancolía, dejo de construir la casa.
Íbamos muy seguido a su casa, él estaba peor cada año. Ya no se acordaba de mí.

-¿Quién es este pajarito?- le preguntaba a mi mamá, mirándome con una sonrisa muy simpática y arrugada, con labios muy finos, ojos achinados, orejas peludas y una nariz grande de la cual sobresalían de los orificios nasales un montón de pelos grises.
-Papi ¿Me estas preguntando en serio?-
La miró seriamente.
- ¡Es Nico, papi!- Mi vieja sorprendida por la pregunta.
-¿Hijo de quién?
Mi vieja calmo las aguas y comprendió.
- Mío- respondió.
-Aaaah, mira vo´che ¿por qué no me dijiste antes?
Mi vieja no le respondió, respiró hondo y se fue a cocinar.

Mi abuelo Carlos agarró un juego de mesa, el monopoly. Se lo había regalado mi tío para que lo jugara con mi abuela todas las tardes. No lo jugaba más.
- ¿Querés jugar? le pregunto a mi madre
- No, estoy ocupada Pá - le dijo mientras lavaba unos platos.
-¿Querés jugar conmigo pajarito? - me pregunto
-No abuelo - le dije
Siempre cuando hay insistencia digo que si y espero eso, pero en este caso no me insistió.
Salió de la casa con una pala en la mano y el juego en la otra. Mi vieja estaba cocinando. Fue a un terreno baldío que se encontraba en frente y comenzó a cavar. Mientras ella se estaba lavando las manos después de haber embarnizado el pollo con manteca. Tiró el juego en el pozo y lo tapo con la tierra. Mi vieja se secó las manos y puso el pollo en el horno, se fijo la hora para controlar. La puerta de la casa estaba abierta, y yo desde la vereda lo miraba a Carlos. Ella fue a pelar papas.
Mi abuelo levanto la cabeza y me miró
- Cuando algo no funciona bien se tiene que morir - dijo.
Y empecé a sentir un malestar en la panza. Como si una aguja me atravesara el estomago. Me fui echando de a poco al suelo. Mi abuelo Carlos se fue acercando.
-¿Qué pasa pajarito?- me pregunto.
- No me siento bien, llama a mamá- casi no podía hablar del dolor.
- Como dije, cuando algo no anda bien se tiene que morir – me agarro del cuello con sus dedos gruesos e hinchados por la edad.
Se me escaparon lágrimas. He ahí el yanto.
Mi vieja salió a socorrerme, tal cual hacen las madres al proteger a sus crías en el reino animal.

lunes, 31 de enero de 2011

Vivir entre edificios.


El creador entiende y muestra una parte de lo que ve. Simple hecho que reflexiono al no haber puesto la baranda del balcón que tapa casi todo el dibujo.

miércoles, 19 de enero de 2011

martes, 18 de enero de 2011

No se deje engañar


Evidentemente ser demente es elocuente y decente.
Que se creen, que por ser rebelde ¿los va a matar?
¡Coman pan, medios podridos!

viernes, 14 de enero de 2011

- Me gusta tu mano ¿compartís tu mano con la mía? -


Abrió su mano. Solo habían arrugas, rayas desprolijas, grietas de pared formadas por los años.
Atisbó la mano y vió a la patria, a la tierra, al amor, su vida.

Sosiega y suspira. - Dale, compartamoslas. -

Sonrisas de comprensión.